"No hace falta conocer el peligro para tener miedo; de hecho, los peligros desconocidos son los que inspiran más temor."
La frase anterior
es del prolífico Alejandro Dumas, conocido sobre todo por ser el creador tras
Los tres mosqueteros y El conde de Montecristo. Dumas estaba en lo cierto, el
miedo aparece de la nada, del desconocimiento, es el efecto de lo inimaginable,
y si sólo imaginamos lo que conocemos, el tópico se vuelve un círculo algo
rebuscado. La salida segura, aunque no tan sencilla, de ese círculo nos la
ofrece nuestra característica única como seres humanos (al menos eso queremos
creer): el razonamiento.
Como seres
"racionales" que somos, el entendimiento brinda una escalera al
agujero negro en el que nos mantiene la ignorancia, el miedo, que en este
contexto incluso pueden manejarse como sinónimos. Pero el miedo puede provocar
dos tipos de reacciones, en las que se pueden dividir los seres humanos. Están
los que se paralizan tanto que apenas si respiran, y poco a poco se vuelven
esclavos del temor. Los otros, los que esperamos que sean mayoría, son a
quienes el miedo los hace correr, avanzar, buscar cómo detener ese pánico que
nos invade por culpa de lo ignoto.
Éstos
últimos son quienes ejercen su "don", razonan lo que les causa
espanto y, dependiendo de su experiencia y (un poco) de su imaginación,
formulan una explicación lógica que les tranquiliza y les permite, si bien no
evitar por completo las cosas malas, si tener una pauta para averiguar cada vez
más hasta lograr un control del asunto. Así es como fue evolucionando el
pensamiento, del saber mágico al conocimiento *semicientífico, baste recordar como al principio
se explicaba el paso de las estaciones como producto de dioses a los que había
que rendir ciertos tributos para apaciguar y así hasta que llegamos a la época
actual.
Así que como
vemos es el miedo el que logra poner las cosas en movimiento, el que activa
nuestras ideas y nuestra comprensión del mundo, y también es el culpable de
tanta gente subyugada por la idea de que el otro puede hacerles cosas
terribles, por el estatismo que causa en muchos, aún hoy en la era de la
información, el miedo y el maltrato de humanos hacia su propia especie.
A grandes rasgos,
esta es la explicación del título de éste nuevo blog y quiero que sea un
espacio en donde se puedan expresar ideas, conceptos, anécdotas, y de donde se
deriven conocimientos de todo tipo, desde el más básico hasta alguna curiosidad
científica. No es algo ambicioso a lo que aspiro, es simplemente tener un lugar
en el cuál poder escribir los debrayes de la mente, de los cuales a veces
escapa un chispazo de sabiduría.
* Un conocimiento científico al 100% sólo lo podría lograr alguien desprovisto de influencias externas a cierto experimento u observación realizado y así dar un comentario objetivo del asunto, desde que somos sujetos y por lo tanto subjetivos, el conocimiento científico, es decir, el conocimiento objetivo no existe, es por eso que me refiero a él como semicientífico.
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