Conocido en mis tiempos como La rosa de Versalles (Versaiyu no bara), es ya un clásico del shojo creado por la talentosa Riyoko Ikeda. Publicado por primera vez en la revista semanal Margaret (1972), debido a su impacto se le hizo una película en Real Action (1979), una animación (1980) y también una obra de teatro. Yo vi los 40 capítulos cuando era muy pequeña, en un canal que se llamaba Cable Kin (o algo así) y pasaba justo antes de Ángel la Niña de las Flores.
Se trata de una historia del siglo XVIII, ambientada en Francia. Lady Óscar es una mujer educada como varón (cualquier parecido con la Princesa Caballero no es pura coincidencia) y a los 14 años se vuelve Capitana de la Guardia Imperial y protectora de la nueva princesa de Francia, Maria Antonieta; por tanto, es un personaje testigo de muchos cambios socio-políticos del momento.
Pero por supuesto no puede faltar nunca el triangulo... cuadrado... lo que sea, amoroso.
Óscar tiene a un mejor amigo, Andree, que por supuesto que está colado por ella. Pero se cruza en su vida el conde Von Fersen, que se enamora de María Antonieta y es correspondido, pero también arranca los suspiros de Óscar. Para alejarse de él nuestra protagonista deja la Guardia Imperial y entra a la Guardia Militar, Andree la sigue y le declara su amor, Óscar lo acepta.
La Asamblea Nacional deja fuera al Tercer Estado y éstos forman la Asamblea Constituyente, lo que poco a poco desencadenará la Toma de la Bastilla. Óscar y Andree lucharán junto al pueblo y.... ¡¡NO PUEDEN DEJAR DE VERLA!!
¿Para qué quieren clases de historia? Vean La rosa de Versalles y descúbranla ustedes mismos...!
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