CUENTOS QUE NO SON CUENTOS
Por Casandra Ruiz
Érase que se era, un reino lleno de gente con piel amarillita y ojos rasgados. Un día, los gobernantes de ese reino y de otros cercanos, tuvieron una reunión en la que decidieron que tenían que tomar acción rápidamente, pues pronto serían los elegidos para manejar el Fondo Monetario Int... ejemmm... digo, pronto serían los elegidos para manejar la sala de tesoros más grande del mundo, y otros reinos muy poderosos no estaban de acuerdo; así que empezaron a realizar sus maniobras y, mientras uno de sus países amigos empezó a hacer movimientos a la vista de todos, que se convirtieron en noticia mundial y que empezaron a atraer demasiado la atención, estos gobernantes decidieron actuar al amparo de las sombras y crearon varios distractores. Uno de ellos, y uno muy interesante, fue el que realizaron con los pasajeros de cierta compañía de alfombras voladoras:
La compañía de alfombras voladoras M.A. era la principal en uno de los pequeños reinos vecinos y tenía fama por el trato amable de sus trabajadores. Los gobernantes la eligieron porque sería relativamente fácil manejar a la gente en nómina y, por lo tanto, manejar también las opiniones de la gente fuera de ella. Se sabe, por varios estudios, que los viernes son los días en que la gente se encuentra más feliz, y por lo tanto que es más fácil que soporte todo lo que se le venga encima, es por eso que las malditas leyes normalmente se aprueban en viernes , pero a eso no vamos. El caso es que con esto en mente, se sabe también que el sábado es el día en que las cosas se toman de peor manera, porque la gente está cansada del jolgorio del viernes y sólo quiere tomar un descanso, así que se eligió uno de los primeros vuelos del sábado para crear la distracción. Las personas que abordarían la alfombra tomaron sus valijas de mano y se dirigieron a hacer la fila para abordar cuando dio la hora señalada. Uno a uno, tras checar el boleto y los papeles necesarios, pasaban por las puertas y subían a la alfombra techada para acomodarse en sus lugares, sin embargo la alfombra nunca saldría de ahí.
Ya acomodados y con los cinturones dispuestos para el despegue (era una alfombra muy moderna, con cinturones y puerta y todo), la alfombra empezó a arrastrarse para pronto elevar el vuelo, pero nunca lo hizo, en su lugar siguió andando hasta entrar en uno de los hangarrrrrr... emmm, en una de las fortificaciones en donde se arreglaban los desperfectos de las alfombras, hicieron bajar a los pasajeros y uno a uno, con armas mágicas, fueron mandándolos a un sueño permanente.
Se recogieron todos los objetos que llevaban, también el equipaje que normalmente iba colgado en una red debajo de la alfombra, y se guardaron en enormes contenedores. Todo listo, los cuerpos se sacaron del mismo modo que las maletas y las imágenes de radar fueron arregladas. La limpieza del lugar fue exhaustiva pero sólo duró unos 30 minutos, luego se enrolló la alfombra y se confiscó para ser quemada lejos de ahí. 15 minutos después de terminar, se dio aviso a los ya adiestrados vigías de la torre de control para que denunciaran la desaparición: la alfombra se había esfumado.
Se dice que los gobernantes de los países implicados tuvieron suficiente tiempo para hacer varias cosas y que nadie lo notara, la noticia mundial no hablaba sobre ellos ni sobre sus acciones, sino sobre las pobres familias de aquellos que se habían perdido junto con esa trágica alfombra.
FIN
P.D. Como no hay planes perfectos, a los mensos que recogieron se les olvidó apagar los celulll.. los comunicadores mágicos de los pasajeros, con lo que, sin quererlo, provocaron más confusión de la que querían.
=)
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