Como seres "racionales" que somos, el entendimiento brinda una escalera al agujero negro en el que nos mantiene la ignorancia, el miedo, que en este contexto incluso pueden manejarse como sinónimos. Pero el miedo puede provocar dos tipos de reacciones, en las que se pueden dividir los seres humanos. Están los que se paralizan tanto que apenas si respiran, y poco a poco se vuelven esclavos del temor. Los otros, los que esperamos que sean mayoría, son a quienes el miedo los hace correr, avanzar, buscar cómo detener ese pánico que nos invade por culpa de lo ignoto y así, encontrar el conocimiento.

13/4/14

Poema: No moriré en París con aguacero

NO MORIRÉ EN PARÍS CON AGUACERO
Casandra Ruiz


Yo no moriré en París con aguacero.
A diferencia de Vallejo no he viajado nunca,
no conozco París más de lo que puedo conocer el mundo desde casa.

No moriré en París con aguacero,
ni mis palabras y versos serán recordados,
ni descansaré en Montparnasse entre los grandes.

Nadie leerá loas a mi nombre,
nadie desplegará esquelas,
seré sólo una más entre unas más.
Y sin embargo podría hacerlo.

Podría morir y ser recordada.
Podría escribir versos más tristes que Neruda.
Podría soñar mil cosmos, mil vidas diferentes.
Podría vivir aquello que todo el mundo quiere.

Pero la vida manda en este mundo agreste.
Pero la vida manda en este mundo ruin.

Y me entristece tanto esta vida presente
que mi cuerpo se adormece y no puedo avanzar.
Y me entristece tanto lo que la vida ofrece
que adormece mi alma sin dejarme pasar.

No moriré en París con aguacero,
ni mis palabras y versos serán recordados,
ni descansaré en Montparnasse entre los grandes.

Pero puedo vivir y escribir y recordarme.
Puedo querer y sentir y abrir la boca.
Puedo moverme entre mis límites imaginarios
y escribir lo que pienso y compartirlo,
y expresar lo que siento y que lo sientan,

y esperar que en mis límites recuerden
que alguna vez estuve en este mundo,
que alguna vez moví un corazón o una consciencia,
que alguna vez conté un chiste o di un consejo,
y que sin duda, sin ninguna duda,
no morí en París con aguacero,
pero morí entre un amor sincero
y entre cálidos abrazos domingueros

de las personas que algún día,
mucho después que haya partido,
se digan: yo la conocí,
la conocí, existió, fue alguien.


Y murió como mueren los grandes.



=!

No hay comentarios:

Publicar un comentario