Carol,
una mujer elegante, juguetona, soñadora, hermosa y atrapada. Está atrapada y lo
sabe muy bien.
La
película, que si todo va bien se estrenará a mitad de febrero, nos lleva de la mano hacia el encuentro imparable, destinado, de dos
mujeres en dos etapas distintas de la vida: Therese (Rooney Mara), una joven que no sabe ni
qué ni cuándo, que vive su vida al día buscando algo que ni ella conoce, y que
mantiene un novio por el simple hecho de que una chica a esa edad debe tenerlo,
aunque no haya más sentimiento cohesionante que la costumbre. Su piedra,
aquello a lo que se aferra para no dejarse de plano arrastrar por el mundo, es
el sueño de ser fotógrafa... algún día, en algún momento y por alguna razón.
La
otra, Carol (Cate Blanchett), es una mujer elegante, fuerte, a la que se le ve el carácter salir
de los poros. Un personaje que, sin embargo, guarda una penosa situación, está
en medio de un divorcio y luchando por mantener la patria potestad de su muy
pequeña hija, ya que el padre de la nena piensa que su esposa no está bien de
la cabeza al hacer el descubrimiento, incomprensible para él, de una relación
entre ella y su "mejor amiga".
El
caso es que estas dos mujeres se encuentran y, donde uno pensaría que Therese
se dejaría llevar, nos muestran un acoplamiento perfecto, la una que
complementa a la otra, a match made in
heaven... o casi, pero siguen siendo dos mujeres en la Gran Manzana a mitad
de los 50, así que al observador le puede dar por pensar que, al final, la
relación podría no llegar a buen puerto.
Con
razón o sin ella, el final es para muchos una vuelta de tuerca y para muchos
otros no alcanza a serlo. ¿Una promesa de felicidad? ¿Un recuerdo de lo que
pudo ser? Yo me decanto por la primera opción.
Hace
unos días una compañera me comentaba que es justamente este ¿final feliz? lo
que hizo famosa esta historia de Patricia Highsmith cuando apareció escrita, ya
que en ese entonces las novelas de temática homosexual siempre acababan en
lágrimas, el hombre o la mujer que se atrevían a salir del redil del status quo, acababa siendo arrastrado de
nuevo a las filas. Carol no. Si bien
la película tiene un final abierto, ya es claro para todos que ni la madre de
familia ni la incipiente fotógrafa se dejarán llevar de nuevo a sus
"estantes" de muñecas.
La
película está muy bien realizada, los ambientes muy logrados y las largas
secuencias de miradas lánguidas, nada cursis y si llenas de un deseo implícito
en todo en derredor. Es una película romántica, que es lo único que promete, y
en eso tiene razón.
Las
actuaciones de la pareja protagonista son soberbias, si bien me atrevo a
asegurar que Mara se lleva de calle a Blanchett (es mi opinión, no me coman). A
Therese la observamos cambiar, transmutarse y erigirse algo nuevo... a Carol la
observamos levantar la cabeza porque, por un momento en su vida, tuvo que
bajarla, sin embargo no hay un cambio real, profundo, no dudo jamás del poder
actoral de la rubia pero el personaje que sobresale es el otro, su joven de la
juguetería.
Sin
embargo, la película está hecha sólo con ellas dos. Es decir, los demás no
importan y por ello no hay algo en los obstáculos que haga verdadero
contrapeso; eso me quedó debiendo la película. ¿Qué pasa alrededor? ¿Por qué?
Desde
luego, esto no le quita que sea una buena peli, aunque quizá se quedó un poco
por debajo de algunas otras que en estos días compiten por ser las mejores
(competencia que es tan subjetiva como mis opiniones). Aunque aún falta un poco para el estreno, como buenos millenials ya pueden ir a buscarla online, aunque si les gusta deberían pensar seriamente en ir a hacer el gasto al cine, es un experiencia especial. Si quiere saber más datos, den click aquí.
=)
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