
My rating: 5 of 5 stars
El primer libro que me ha roto el corazón en rebanadas en el año es Maus, de Art Spiegelman. Uno no lee cosas sobre el Holocausto sin sentirse conmovido, pero el libro de Art te acerca tanto al personaje de su padre que no puedes evitar adentrarte de lleno en su relato.
Vladek Spiegelman es un hombre terrible, avaro, con manías y acostumbrado a los negocios turbios y a lograr de cualquier manera lo que cree que debe hacerse. No puede tirar comida, no gasta en servicios ni siquiera para él mismo. Es la clase de hombre que exaspera a cualquiera, cuantimás a su hijo que ha venido a visitarlo últimamente. Pero cuando el padre comienza a contar su historia como sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial, nos damos cuenta de a qué se debe ese carácter y de que si no hubiera sido por él, no hubiera sobrevivido.
Art Spiegelman, aunque desde luego que explota los recursos ya conocidos del cómic para la realización de esta biografía gráfica, también reorganiza la narración de tal manera que somos los escuchas, pero vemos al propio señor Vladek contar su verdad, no sólo iniciamos exponiéndonos a su historia sino que lo vemos contarla con las mismas lagunas y saltos temporales que ocurren en una charla.
Paralelamente a su indudable valor biográfico, Spiegelman vuelve la historia una suerte de fábula que ironiza el estereotipo de los personajes mediante el uso de la imagen, es decir, los personajes aparecen antropomorfizados y podemos ver que los polacos son cerdos, los franceses ranas y los americanos, como no, perros. En cuanto a judíos y nazis, desde luego son ratones y gatos.
Maus es una historia que te pega, y fuerte, pero que es toda una obra de arte, no por nada fue merecedora del Pulitzer. Una gran lectura.
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